Mg. Jenny Marcela Ruiz Falcón
Para nadie es un secreto que en nuestro país los sueldos de los docentes de las universidades públicas son tan ínfimos que uno ganaría mucho más dinero trabajando una jornada de 8 horas en cualquier supermercado, quiero creer que todos conocemos esta realidad. Sin embargo, puede que millones de estudiantes universitarios ni siquiera imaginen que los docentes que se paran frente a ellos a darles cátedra ganan menos que un sueldo básico, para ser sinceros, yo desconocía esta realidad, hasta que me tocó ser la docente que se para frente a un salón lleno de jóvenes ganando muchísimo menos que algunos de ellos.
Los sueldos de los docentes universitarios deben ser, por decirlo menos, los más maltratados por parte de un estado que sin importar el gobernante de turno, exige calidad educativa, la misma que no se consigue con conexión a Internet, sino que requiere de capacitaciones, cursos de actualización y estudios de posgrado, doctorado o PHD de ser el caso, tal y como los exige la ley universitaria. No está mal exigirle a los docentes calidad, pero eso debe ir acorde con un salario que le permita cumplir sus propias metas profesionales.
Desde el 26 de octubre, los docentes de las universidades públicas iniciamos una huelga indefinida, exigiendo como punto principal la homologación de los sueldos tal y como se estipula en la ley universitaria, actualmente un docente auxiliar gana 2008, asociado 3008 y principal 6707, nuevos soles respectivamente, esto en cuanto a los docentes nombrados, la realidad de los contratados es otra, ya que los sueldos van desde 400 a 1300 nuevos soles, sí, eso es lo que gana alguien que decide hacer docencia en una universidad pública.
Se han cumplido 23 días de esta huelga, en los medios de comunicación de la capital siguen difundiendo “noticias” sobre el último romance de Chollywood y no le dan cobertura que merece una lucha de esta magnitud, pese a que se han realizado dos marchas nacionales y que millones de estudiantes están perdiendo clases por culpa de un gobierno que lejos de escuchar y tomar cartas en este asunto, ha visto a bien presentar un nuevo proyecto de ley que busca implementar una nueva carrera pública para los profesores de las universidades estatales en la que se regula el proceso de nombramiento.
Particularmente no estoy en contra de las iniciativas, pero considero que si ya existe una ley universitaria, lo mínimo que debe hacer el gobierno es cumplirla, los docentes universitarios no estamos pidiendo nuevas leyes, ni condiciones que se nos ocurrieron de último momento, estamos exigiendo que se cumpla lo que estipula la ley. Cabe precisar que las medidas ahora tomadas nos atañen a todos pero que de lograrse algún avance, esto sería bien recibido por los docentes nombrados, mientras que los contratados, seguiremos con nuestros sueldos ínfimos esperando que un día existan concursos de nombramiento. Frente a esto valdría la pena preguntarse, si ganamos tan poco ¿por qué ejercemos la docencia universitaria?, porque millones de jóvenes entusiastas por forjarse una carrera profesional, necesitan de docentes que pese a todo sigan creyendo que el cambio es posible.
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