Sport Rambler: la gran "Gallada Salaverrina"

Eran tiempos en que los ingleses esparcían las semillas del fútbol por todos los puertos del mundo, Salaverry no fue la excepción… Treinta de Agosto de 1915, en el puerto soplaba una brisa suave. La tranquilidad del día contrastaba con aquel animoso grupo de amigos, encabezado por José Céspedes Bravo, que ni aún su entusiasmo hacía presagiar la trascendencia de su acto. No imaginaban que al fundar ese día el Sport Rambler, éste se convertiría, con el pasar de los años, en el más emblemático equipo de fútbol salaverrino de todos los tiempos. Y uno de los más respetados en Trujillo y todo el norte del país.

Rambler era la carta de presentación futbolística de los porteños. La camiseta aurinegra sería su bandera por mucho tiempo. El club de la calle Sucre era el orgullo de los “pata saladas”, como llamaban los trujillanos a los del puerto.

Inicios y primera generación del Oro

Luego de los primeros encuentros disputados con equipos de la zona, el Rambler entendió que sólo con esfuerzo y entrega harían realidad sus aspiraciones.
Los triunfos se convirtieron entonces en una constante, y en poco tiempo se convirtió en el mejor equipo de Salaverry.



Era el momento de buscar mayores retos. La liga de Trujillo les quitaba el sueño. Así inician su participación en la liga Intermedia de Trujillo (un escalón antes de la primera División) allá por los 20`, ganándose de a pocos el respeto y su consiguiente ascenso. Ahora el Rambler se las vería con grandes equipos; pero José Céspedes “el tiburón”, Ángel Chilmaza, Enrique Caballero “El Chicle”, Gonzáles Lavativo, Víctor Corbacho Cornejo, Félix Lagos, entre otros que conforman la “Primera Generación de de Oro” del club, conocían su potencial y aceptaron gustosos enfrentarse a equipos de Alianza Chicago, Atlético Trujillano, Chalaco (Casa Grande), con singular éxito.

Esto motivó que fueran invitados a disputar amistosos – que no tenían nada de eso – con diversos equipos del valle y del ande liberteño, al igual que con equipos de Chiclayo, Piura, Talara, Chimbote, etc.

Segunda y tercera genración de oro
Con el respeto y la fama ganados a punto de inspiración y fuera, el Rambler enfrentaba ahora a nuevos equipos como el Sport Tenaud, Defensor Taller, Unión Laredo y Sanjuanista. Su arraigo en el puerto era tal que este se quedaba casi vacío cuando le tocaba jugar al Rambler en Trujillo; y, obviamente, en el viejo Mansiche, con la peculiaridad de que la caballería ingresaba al recinto deportivo para controlar posibles enfrentamientos, principalmente entre los jugadores.



“En la división de honor jugaban los capos” afirma Gustavo Asalde, actual presidente del club, que formó parte de la segunda generación de oro.

Estaban, además del Rambler, el Ugarte, Orbegoso, Trujillanos, 7 de Junio, Tenaud, etc., era un peldaño más que la primera división, rememora con cierta alegría, aquel moreno de edad ya madura y rostro serio que formó junto a Carlos Lamas Vílches, Humberto Morales, José Hurtado “Cocobolo”, Dangelo “Cabezon”, “Chueco Cordero “, Luis Hinojosa, “Chivo” Dextre, Patrocinio Céspedes “Peón de Oro” (hijo de José Céspedes), Sixto Hinojosa, Alfredo Ucañán, Luis Sanchéz “Piola”, la segunda generación de oro Ramblista , que le agregó títulos a su fama.

“Tal fue la fama de Rambler que los principales equipos de Lima nos escogían para jugar amistosos en el Mansiche; te hablo de Alianza Lima, Universitario, Boys, Chalaco y Muni. Es que el Rambler era el Rambler” afirma el presidente.

La tercera generación de oro continuó conjugando esa mezcla de talento y entrega para mantener el sitial del equipo, de tal manera que casi siempre acababa entres los cuatro primeros del campeonato. Estuvo conformada por Augusto Morales “la Gata”, Augusto Asalde “Catita”, Edmundo Bentacourt “Velludo”, Francisco Pesantes “Pajarada”, Antonio Azalde, Valentín Zavaleta “Reicito”, Teodoro Azabache “Mochero” y Pedro Fernández, equipistas que cierran el “Ciclo de Oro Ramblista”.

Regreso al puerto

El año 75´ se descentraliza el fútbol y se crean las ligas de Salaverry, Laredo y otros; el Rambler había descendido de división años antes. “Nos bajaron”, alza la voz Gustavo Asalde, “en realidad debió bajar el tenaud, pero su presidente era también de la liga y terminaron presionando al Rambler a jugar un partido extra, que nunca debió jugarse” finaliza un tanto serio.

Desde entonces su estancia en el puerto no ha sido de las mejores, aún así el Rambler mantiene ese respeto ganando en la cancha con sus 87 años, lo convierten en el club Trujillano vigente más antiguo.

Es que las semillas que sembró José Céspedes Bravo germinan una y otra vez, y así será porque el Sport Rambler es más que un club, y su historia marcha en paralelo con el puerto.

Gustavo Asalde x 4:

“Rambler era sinónimo de habilidad, finta, quimba y si había que meter pata, la metíamos sin miedo”

“Antes se jugaba 2, 3, 5; es decir, se atacaba con cinco delanteros…había espectáculo en un partido de fútbol”.

“El campeonato del año 57’ es el que más recuerdo, pues compitieron grandes equipos, quizás de los mejores de esa época, al final ganamos el título, es que nos conocíamos tanto que jugábamos de memoria”.

“Lo que me enorgullece más, es que el Rambler siempre se caracterizó por formar el equipo con jugadores, es su mayoría, naturales del puerto”.

Mensuario deportivo institucional "IPDeportes", abril 2003