Las cosas suelen pasar por alguna extraña razón, dice un dicho suelto en boca de mucha gente. Bueno, al parecer el hecho de que el sillón municipal de un distrito como Quiruvilca sea pretendido por más de diez candidatos "extraña", pero eso "no suele, ni solía pasar".
En lo que va de su historia nunca Quiruvilca tuvo tantos candiadtos a la alcaldía como ahora. Mi hipótesis, por no decir la certeza plena que tengo, se debe por extraña casualidad a la explotación minera de oro en la zona y donde el canon minero suele ser un banquete que despierta la codicia y quita la verguenza de los más descarados.
Cuando suelo escuchar los nombres de los candidatos tuve suerte de no sufrir un coma cerebral. Es que tanta buena inteción, por servir al pueblo, ocasiona un intenso dolor de cabeza. si hasta un desaparecido Pedro Roldán revivió de su ausencia para hecharse al ruedo.
De todos los postulantes a dirigir el destino de este subdesarrollado, rico, pobre y políticamente inocente asentamiento minero, conosco por referencias y por contacto a más de uno y todos tienen algo en común "el interés".
Aunque solo Dios y ellos saben que tipo de "interés" los ha despertado de su letargo para alzar las manos y encumbrarse a buscar la venia de los electores, personas que como en muchos lugares de nuestro país terminan negando su propia elección sin asumir su responsabilidad política y social.
Los jóvenes han sido buscados por los partidos. Todos medidos por su popularidad; porque, en este distrtito cuenta más la popularidad más que la capacidad. Y, desde luego, si hay de ambos mejor. Pero es dificil encontrarlos y si los hay es dificil menjarlos políticamente, por lo general son descalificados.
Las elecciones municipales a realizarse en este pueblo minero dará mucho que hablar, sobretodo durante la campaña electoral; porque, si este pueblo es chico ya el infierno está instalado. Dios los coja confesados, pero sobretoso arrepentidos.
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